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1. EL IPC DA UNA TREGUA: LA INFLACIÓN SE MODERA AL 3%
La inflación en España ha cerrado noviembre con una moderación esperada, situándose en el 3% interanual. Tras seis meses de escalada continua, los precios han frenado su avance gracias principalmente al abaratamiento de la factura eléctrica y la estabilización de los carburantes, ofreciendo un pequeño alivio a los hogares justo antes de la campaña navideña.
Este dato tiene una relevancia crítica más allá de la cesta de la compra, ya que noviembre es el mes de referencia para actualizar las prestaciones públicas. Con esta cifra, se confirma automáticamente que las pensiones contributivas se revalorizarán un 2,7% en 2026. Esto supondrá un aumento medio de unos 35 euros mensuales para los jubilados, garantizando que no pierdan poder adquisitivo frente al coste de la vida.
Sin embargo, esta buena noticia social añade presión a las cuentas de la Seguridad Social. El coste agregado de esta subida obligará al Tesoro a realizar un esfuerzo extra en un año donde se prevé un endurecimiento de las reglas fiscales europeas. El equilibrio entre proteger las rentas pasivas y mantener la sostenibilidad del sistema volverá a ser el gran debate económico del próximo curso.
Leer más en RTVE, El País, El Cronista
2. EL CONGRESO TUMBA LA SENDA DE ESTABILIDAD Y ALEJA LOS PRESUPUESTOS DE 2026
La legislatura se adentra en territorio desconocido tras el rechazo del Congreso a la senda de estabilidad propuesta por el Gobierno para el periodo 2026-2028. En una votación celebrada el 27 de noviembre, la alianza parlamentaria habitual se quebró con el voto en contra de Junts, que sumó sus fuerzas a PP y Vox para tumbar los objetivos de déficit y deuda. Este paso era el requisito previo indispensable para poder tramitar los Presupuestos Generales del Estado.
Este revés obliga al Ejecutivo a formular una nueva propuesta en el plazo de un mes, aunque el margen de negociación política parece agotado. Sin una senda aprobada, España se enfrenta a la posibilidad real de comenzar 2026 con una prórroga de los Presupuestos de 2023. Esto limitaría drásticamente la capacidad de maniobra del Gobierno para desplegar nuevas inversiones o ajustar el gasto social a la inflación actual, dejando las cuentas públicas desactualizadas.
Para el tejido empresarial, este bloqueo se traduce en una parálisis de las expectativas. La ausencia de unas cuentas nuevas congela la ejecución de fondos europeos pendientes y partidas estratégicas en infraestructuras y digitalización. Si no hay acuerdo antes de fin de año, la gestión económica del Estado pasará a funcionar con el "piloto automático", restringiendo el crecimiento potencial del país en un año de incertidumbre global.
Leer más en La Moncloa, Intereconomía, Servimedia
3. UN G20 HISTÓRICO (Y FRACTURADO) EN SUDÁFRICA
La cumbre del G20 celebrada en Johannesburgo ha marcado un hito simbólico al ser la primera en suelo africano, pero ha dejado dudas sobre su efectividad real. La reunión de noviembre ha estado protagonizada por las sonadas ausencias de los presidentes de Estados Unidos y China, lo que ha rebajado el perfil ejecutivo de los acuerdos. Este vacío ha evidenciado la creciente fractura geopolítica entre las grandes potencias tradicionales y los nuevos actores globales.
A falta de los dos gigantes, el bloque del "Sur Global", liderado por Brasil, India y la propia Sudáfrica, ha logrado imponer su agenda en la declaración final. Los líderes han acordado reformar los bancos multilaterales de desarrollo para facilitar el acceso al crédito de las economías emergentes y han lanzado un nuevo mecanismo de alivio de deuda. Además, la cumbre ha servido para consolidar a la Unión Africana como miembro de pleno derecho con voz y voto.
El resultado es la fotografía de un orden mundial más fragmentado. El G20 parece estar perdiendo su papel como el gran foro de coordinación de crisis globales para convertirse en una plataforma de reivindicación regional. Para los inversores, el mensaje es claro: el eje de influencia diplomática se está desplazando hacia el sur, y las decisiones económicas del futuro pasarán cada vez más por las capitales de las potencias medias emergentes.
Leer más en Indian Express, Investec, UNECA
4. LA COP30 DE BELÉM CIERRA CON UN PACTO DE MÍNIMOS
La Conferencia sobre el Cambio Climático (COP30) ha finalizado en Brasil con un acuerdo agónico conocido como el "Paquete de Belém". Tras dos semanas de negociaciones a las puertas de la Amazonia, las delegaciones han logrado desbloquear la creación de un mercado global de créditos de carbono regulado por la ONU. Este mecanismo establece por primera vez estándares unificados para evitar el greenwashing y garantizar la transparencia de las compensaciones ambientales.
El acuerdo pone el foco en la financiación de la biodiversidad, comprometiendo a las naciones a triplicar los fondos destinados a la protección de los bosques tropicales. Sin embargo, la cumbre ha vuelto a fracasar en su objetivo más ambicioso: endurecer el calendario para la eliminación total de los combustibles fósiles. La resistencia frontal de los países productores de petróleo y gas ha impedido fijar una fecha de caducidad definitiva, dejando un sabor agridulce entre los activistas.
Desde la perspectiva empresarial, las nuevas reglas del mercado de carbono que entrarán en vigor en 2026 suponen un cambio de juego regulatorio. Las compañías tendrán ahora un marco claro y estricto para gestionar sus emisiones residuales, lo que previsiblemente disparará la demanda de proyectos de reforestación y conservación certificados. La sostenibilidad deja de ser solo una cuestión de imagen corporativa para convertirse en un activo financiero regulado y cotizable.
Leer más en UNFCCC, Society for Ecological Restoration, Gobierno de Brasil